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Entre tu y yo

7/1/09

Prefiero una vida de pequeñas cosas, y no... No me refiero a una pequeña fortuna, una pequeña mansión y un pequeño yate. Me refiero a... pequeños detalles que aúnan a las personas. Un sentido del humor sincrónico y afín, una crítica constructiva (y destructiva) común, unos silencios en el momento adecuado, un aroma... ya sabes, esas cosas que te llevas cuando te vas por ahí. Lo bonito de las cosas pequeñas, es que caben en cualquier sitio, un bolsillo, entre los dedos, debajo de los parpados, en la comisura de los labios. Cuando pienso en las pequeñas cosas que forman lo que soy, me doy cuenta de que en el fondo, siempre he sido un poco afortunada, porque donde otros no ven más que un acto, yo veo la voluntad del mismo. Y debajo de cada retazo de piel escondo un motivo para no olvidar.
Puede (y sólo puede), que el tiempo y los hechos, me conviertan en peor persona. O puede, que cambie el tiempo y los hechos, o que el tiempo desvele los hechos y las voluntades de los mismos. Puede, que en algún momento de nuestras vidas, nos encontremos frente a un espejo con el que deberemos asumir todas nuestras faltas y para ello deberemos tirar de recuerdos. Sé que yo no soy de grandes recuerdos, y francamente, tampoco de grandes esperanzas (eso se lo dejo a Dickens), son demasiado pesadas y a la larga, se convierten en un lastre. El día que me toque tirar de recuerdos iré con muchas maletas, pero poco pesadas.
Bolsas llenas de minutos, contados en horas que hablarán de una historia circunscrita en una parte de cada uno de nosotros.

Y por recordar... recuerdo esta canción, desde hace varios días. Es como volver a vivir en un tiempo en el que todo parecía posible.
Incluso esto.


-- Sigo creyendo que la gente tiene buen corazón --



2 comentarios:

Anónimo dijo...

El nuevo año, ha comenzado. También tu vida.

Kendo-K dijo...

Ya... pero siguen sin gustarme los cambios.