Buscar



Todo cambió

4/2/09

De todas las calles, de todas las ciudades del mundo, tuvo que ser la mía. Un súbito impulso del destino supongo. El lugar apropiado en el momento preciso, y todo lo demás, en contra. Es importante admitir, que no te recordaba, y al cruzarnos deduje que tú tampoco lo harías. Nos equivocábamos. Pero eres distinta, distinta a mí y distinta a ti, o al menos distinta a la ti que conocía. Tu boca, que admiré durante tantas noches, me pareció renovada y limpia. Capaz de convertir el silencio en un huracán de palabras. Tu pelo, más corto, se ha vuelto oscuro con los años. Con su corte imperfecto y sus puntas abiertas. Probablemente los años si te hayan tratado bien, mejor que a mi sin duda. Tu voz sigue siendo la misma, apacible y dulce, llena de sonrisas intermedias que hacen que hasta la peor noticia del mundo en tus labios suene a paz. Sin embargo, esa es la única paz que sale de ti. Lo demás, para bien o para mal son guerras. Guerra en la cama, guerra en el mundo, guerra en la calle, en las habitaciones, en los cines, por teléfono...
Y esos ojos de gata, verdes como el jade más puro.
Sigues siendo inalcanzable.
Aunque ahora, yo también lo soy.


-- Odio los días que no comparto contigo. --



0 comentarios: