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K-alma

26/9/10





Cuando varé el barco en la playa no recordaba que playa era ni como había llegado hasta allí, ni cuantos días habían pasado desde que decidí olvidarlo todo.

Pero me quedé allí, postré mi cuerpo en la arena por si acaso venias.
Al ir pasando los días y las horas con hambre, me convertí en pirata.
Bebí ron del bueno y canté a mujeres que no eras tú.
Llegaron las noches y sus mareas, y tú seguías sin venir.
He de confesarte, que en más de un minuto y de dos, pensé en darlo por perdido, el tiempo digo.
Sobre todo cuando se me paró el reloj.
Pero siempre quedaba más ron que no quería esperarte conmigo.
Seguí bebiendo hasta olvidar cuanto hacía que esperaba.
Hasta que llegado el momento me quedé sin voz de cantar, sin ron que beber y sin motivos para esperar.
Así que me fui, tal y como había llegado, creo.
Más naufrago que pirata, más hambriento que de costumbre y más borracho si cabe que la última vez que te vi, creo.
No sabría decirte cuantas noches pasaron hasta mi rendición, ni en que pensaba cuando te pensaba, ni en que estación los recuerdos se volvieron imposibles.
Tampoco sé, y esto si lo siento, cuando te maté mentalmente, cuando te convertí en un fantasma que cenaba ensalada y veía películas abrazándose al cojín de tienda sueca.
Y así como tampoco sabría donde comenzó mi locura.
Lo mismo en tu cintura, lo mismo, en mi corazón.
Sólo sé que fui bohemio sin ser artista y que hablé de ti con todas las olas que tocaron la arena.
A pesar de los pesares, no creo haber perdido el tiempo esperándote, aunque si bien ahora siento que lo pierdo al intentar hacerte entender, que esperar por nada en el fondo tiene sentido.
Porque después de cada noche llega un nuevo día, y al final, y solamente al final, entiendes que es mejor haber perdido esperando un imposible que soñando con él.




-- Porque conmigo siempre es así, empieza mal y termina peor. Nunca acierto cuando elijo un número. ¿Ha visto esos papeles pegajosos para atraer moscas en espiral? Pues yo soy igual, atraigo las historias cutres que pasan a mi lado. Creo que hay gente así, que son como un imán para aliviar a los demás. Nunca acierto cuando elijo un número. Todo lo que intento, todo lo que toco se convierte en una putada. --



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