Buscar



Capaz

13/11/11




A través de los cristales
donde el sueño hace frontera con la realidad
escondo los argumentos
infieles a sus ideales, 
cansados de esperar a las mañanas
vendidos al peor postor y anegados de tristeza.

Ya no quedan coches azules
ni caramelos de fresa.
Ya no habrán más cigarros a medias
ni charlas de ajustes armónicos.

Sólo estamos yo y tus circunstancias, 
las que se alejaron de la cama sin colchón
dejando mi cadáver medio vivo.

Te lo dije no hace mucho
que un día,
el día menos pensado, tal vez, 
el más deseado, quizás
dejaría de echarte de menos.

Me hago capaz, me arriesgo, te envido, me obligo.
Te evito, te rehuyo, te huyo, te excluyo y te apago.
No me rindo, me rindes. Y se acaba.

Hoy es el día en que apago las luces y cierro todas las puertas, 
Hoy, tapio las ventanas.
Lapido tumbas desiertas.
Te hago desaparecer.

Hoy, me reto.
Se acaba. Lo acabo.
Hoy, determino un final que ya estaba cantado, 
anunciado, vendido y regalado.

Capaz; de nunca, de jamás.
Capaz de desaparecerme, y hacer que no sepas de mi por mi boca
Por mis malos modales o mis buenas formas.
O la insistencia de un perro abandonado y muerto de hambre.
Capaz de omitir tu aroma en todos los aires de grandeza.
Capaz de decidir, que hoy:
Ahogo tu mundo, los recuerdos, los bálsamos de cuna.
Las manos escondidas, los besos huidizos y temblorosos.
Hoy… me reto.
Te acabo. Lo acabo. Nos finiquito.
Capaz de ser sin ti.
Y esto, si que si:
te lo prometo.





-- La felicidad. El lote completo del tirano que quise ser desde mi infancia. De modo que ser adulto era esto, tener un velocímetro que marca de 0 a 210, pero no ir nunca a más de 60. --



¿Y mis pensamientos?

30/10/11





Puedo vender estrellas a los sueños
de pequeñas princesas, a veces, durmientes.

Puedo plantar suspiros en los jardines
que recojan gráciles damas.

Puedo hacer que los ángeles vuelen con alas de plata
en busca de planetas desconocidos que regalarte.

Puedo buscar latentes besos
que protejan todos tus pensamientos.

Pero no,
no lo haré.

Porque en mis jardines solo crecen adoquines,
que después tu y yo recolectaremos para arrojarlos a las estrellas

y con un golpe certero,
romper todos esos sueños,
falsos y artificiales,  
que crearon los ángeles
cuando dejaron de serlo
para convertirse en simples camellos
de princesas travestidas y yonquis.

Ah, ¿y mis pensamientos?
Mis pensamientos tropezaron en aquella mujer
y murieron en ella.

José Naveiras






-- La primera ventaja, es que cuando el cuento llega al final, no se acaba. Sino que se cae por un agujero. Y el cuento reaparece a mitad del cuento. Esta es la segunda ventaja, y la más grande. Que desde aquí se le puede cambiar el rumbo. Si tú me dejas...Si me das tiempo... --