La sangre es como el vino. Puedes ver si es bueno, por el cuerpo.
No me refiero al cuerpo físico, al que ves y tocas. Me refiero al otro cuerpo, al que se esconde bajo la piel.
El cuerpo que se compone por todo eso que no vemos y sin embargo sabemos que está ahí.
El color, las lagrimas, el perfil, la transparencia, la acidez, la sequedad...
Sabéis que son los taninos? Si cogéis una piel de plátano y la mordisqueáis un poco, os dejará un regusto áspero en la boca. Eso son los taninos.
Los taninos son al vino, lo que una discusión al cuerpo. Algo que sabe áspero y no quieres tener, aunque es necesario que exista.
Todos somos de distintas cosechas, destinos viñedos y distinto año de envasado.
Algunos nos hemos criado envueltos en acero y otros en acogedora madera.
Sea como sea, todos somos.
Formamos parte de todos y todos somos partes de lo que fueron los que estuvieron antes que nosotros.
Arrastramos los olores de otros lugares, y atraemos sensaciones dispares de antiguos sueños ya olvidados.
A veces, nos picamos por mala conservación y otras, envejecemos como autenticas joyas, aprendiendo del paso del tiempo y dejando que todo lo que nos rodea, nos llene de características hasta volvernos redondos.
De que clase eres tú? O mejor dicho... dime tu precio y te diré de qué clase eres.
Yo no sé de clase soy. Porque todo me huele a lo mismo, y me sabe igual.
A veces, todo me parece lo mismo, y todo me suena igual.
A veces, siento que no tengo sangre. Ni corazón.
El favorito 100...
3 comentarios:
Bonita comparación, hablas de las dos cosas como si supieras.... ¬¬
Ni el agua huele a cuero, ni todos los vinos sirven para vinagre.
No, pero si valen para fardar!
En esta vida no hay que saber mucho sobre algo, hay que saber un poco de muchas cosas! :)
Besos!
Tú éreeee mu litttta!
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